Fragmentos a su imán

Y un avión que

Y un avión que se adentró en el cielo para esfumar una esperanza. Pero no, no te equivoques: no esfumó la esperanza sino que la amplió, la expandió y la arrastró consigo al ir surcando esas nubes adensadas que recibían el día un poco amenazantes pero que cedían inermes ante la andadura potente y colérica de las turbinas. En el surcado de ese cielo quedó trazado el arco de una vida; la ruta de una trayectoria que no tiene ni puede tener ni tendrá entonces fin, que es para siempre ¿comprendes?

Ya previamente se había manifestado el presagio. Tú supiste que estaba cerca de ti sin que yo supiera que lo estaba siendo, que me estabas sintiendo, que me estabas teniendo ya sin que yo pudiera saberlo óyeme bien.

Luego vino el amanecer primero, y entonces ya no cupo duda alguna. No habrá avión ni turbina ni fuerza de este mundo que sean capaces de esfumar la esperanza. Tan sólo me la traerán y se la llevarán en un círculo dinámico propiciador y poderoso de vida y de belleza y de amor total.

En ese avión estás y estarás tú yendo y viniendo a este asilo mío que yo tengo para ti. Toma mi mano. Toma mi mano y no me sueltes ya por favor te lo pido yo.

Bienvenida.

Suniaga/ICR | Diciembre 10, 2021.

A %d blogueros les gusta esto: