Está sentado, sin nada para fumar, en la aterciopelada oscuridad del interior del vagón construido en varios niveles. Aterciopelada oscuridad: vaya manera de definir por vía de la abstracción la atmósfera palpitante de una penumbra enceguecedora.
El vagón no deja de moverse, y el humo de tabaco inunda el compartimento entero con ese aroma que sólo los años y los viajes permiten comprender que se trata del destilado de los siglos que hacen de una ciudad y un continente un amasijo añejo de la experiencia.
En su trayectoria indetenible, los vagones eslabonados dibujan curvas llenas de nostalgia que sólo viéndolas a lo lejos se nos pueden aparecer como metáforas geometrizadas de lo que significan los ciclos en la vida. Prefiguración y auge, esplendor descenso y caída son fragmentos de una línea curvada que en su despliegue cadencioso abren ángulos para la perspectiva desde la que el tiempo se nos manifiesta como el movimiento constante y en silencio siempre de la eternidad.
No tenía nada para fumar y la eternidad silenciosa parecía incluso ahora que ni siquiera podía ya moverse. El aterciopelado oscuro de la atmósfera de la cabina de ese vagón que no dejaba de avanzar era propicio de todo punto para el abandono, la desesperación, el adiós y la partida.
Pynchon/ICR | Noviembre 18, 2021.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Está sentado, sin nada para fumar, en la aterciopelada oscuridad del interior del vagón construido en varios niveles. Aterciopelada oscuridad: vaya manera de definir por vía de la abstracción la atmósfera palpitante de una penumbra enceguecedora.
El vagón no deja de moverse, y el humo de tabaco inunda el compartimento entero con ese aroma que sólo los años y los viajes permiten comprender que se trata del destilado de los siglos que hacen de una ciudad y un continente un amasijo añejo de la experiencia.
En su trayectoria indetenible, los vagones eslabonados dibujan curvas llenas de nostalgia que sólo viéndolas a lo lejos se nos pueden aparecer como metáforas geometrizadas de lo que significan los ciclos en la vida. Prefiguración y auge, esplendor descenso y caída son fragmentos de una línea curvada que en su despliegue cadencioso abren ángulos para la perspectiva desde la que el tiempo se nos manifiesta como el movimiento constante y en silencio siempre de la eternidad.
No tenía nada para fumar y la eternidad silenciosa parecía incluso ahora que ni siquiera podía ya moverse. El aterciopelado oscuro de la atmósfera de la cabina de ese vagón que no dejaba de avanzar era propicio de todo punto para el abandono, la desesperación, el adiós y la partida.
Pynchon/ICR | Noviembre 18, 2021.
Comparte:
Me gusta esto: