Entrevista de Judith Padilla.
El director de la Facultad de Filosofía de León, Ismael Carvallo Robledo, habla sobre el proyecto situado en el Campus Náutico del Instituto Oviedo.
[Foto de Juan Pacheco]
am: La primera impresión que se tiene es que la filosofía no tiene mayor utilidad, ¿cierto?
Ismael Carvallo Robledo: “Sí, todo depende de cómo se enfoquen las cosas. Es una situación histórica compleja. Lo que ha ocurrido es que la consolidación de los saberes científicos, sobre todo durante los siglos XIX y el XX, produjo un efecto de repliegue de la filosofía como perspectiva global de interpretación. Como las parcelas de la realidad quedaron controladas por las disciplinas científicas, las facultades de filosofía de las universidades occidentales entraron en una crisis que fue creciendo con el tiempo, porque si la realidad está ya interpretada por las ciencias, ¿qué se enseña entonces en esas facultades, y para qué se enseña? La respuesta es: historia de la filosofía”.
“Vista así, aisladamente, como acumulación erudita de conocimiento sobre su propia historia, la filosofía sólo sirve para explicarse a sí misma, y el único lugar donde se puede trabajar es en la docencia, como profesor. ¿De qué? De historia de la filosofía, o de algún autor o época o rama en especial. Y esto te lleva a la endogamia y a la burocratización en las universidades (tengo colegas en Finlandia, España o Alemania que pueden dar fe de lo que digo), donde todos se pelean por una plaza como profesor, luego de irte becado a estudiar al extranjero un doctorado. Ese modelo, que es el de los grandes catedráticos, está en crisis terminal”.
am: ¿Cuál es la propuesta?
ICR: “Se consolida entonces esa asociación, según la cual el filósofo es un humanista, un erudito que sabe mucho sobre Descartes o sobre filosofía clásica, o sobre bioética, algo así como un sabio o un sacerdote, alguien que trasmite su sabiduría pero que tropieza cuando camina por andar mirando al cielo, o que no sabe usar el internet o el celular. Esta es una caricatura muy desafortunada de las cosas, pero muy común, y la culpa se reparte entre todos. A mí mismo ya me ocurrió algo así, cuando en algún momento, en la UNAM, me invitaron a un centro de Física Aplicada o de Tecnología. Mientras nos explicaban sus actividades, el expositor comentó: “bueno, esto que hacemos aquí es algo por completo ajeno a lo que ustedes los filósofos hacen”. ¿Lo ves? Nos estaba viendo como los humanistas, incapaces de enterarse del funcionamiento de un láser o de un acelerador de partículas. Todo esto es lo que estoy viendo ahora mismo con mis alumnos, pues imparto, entre otras materias, la de Filosofía de la Ciencia. Es un problema central de nuestro tiempo”.
am: Si no son humanistas, ¿qué son los filósofos?
ICR: “El filósofo es un estratega según nuestro concepto. Es alguien que tiene la capacidad de comprender, o de mapear, desde una perspectiva global y de largo plazo, las conexiones y desconexiones entre la multiplicidad de planos y procesos que se nos ofrecen en el presente como materia de experiencia histórica, económica, política, social, religiosa, cultural, militar o ideológica, y científica.”
“Pero atención: la defensa de una perspectiva como esta no puede hacerse únicamente desde la historia de la filosofía. Hace falta un sistema, es decir, un conjunto de teorías (de política, antropología, cultura, economía, religión, ciencia e historia) coordinadas y capaces de explicar los procesos reales del mundo, a la altura de cada época y de cada contexto”.
“Y aquí es donde está la clave que define la consistencia de la Facultad de Filosofía de León: somos el resultado de la alianza entre el Instituto Oviedo y la Fundación Gustavo Bueno (cuya sede está en Oviedo, pero la de Asturias, España). Gustavo Bueno, que murió en 2016, fue el autor principal de un sistema filosófico: el materialismo filosófico, y esta es la base que da solidez histórica a nuestro proyecto, pues todo el plan docente está confeccionado desde ahí. Se trata de la Escuela de Filosofía de Oviedo, cuyo objetivo es que pueda ser vista como lo que en su momento fue la Escuela de Filosofía de Atenas, o la de Alejandría, pero en pleno siglo XXI”.
am: ¿Cuál es el perfil de egreso de sus estudiantes?
ICR: “Nosotros desde luego que tenemos todo el interés por las grandes fases históricas de la filosofía, y por las grandes tradiciones. Pero no nos quedamos ahí. Nuestros modelos no son ni Descartes ni Husserl, o Nietzsche: son Emanuel Macron, actual presidente de Francia; José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid; Franca Sozzani, que transformó la revista Vogue Italia o Carly Fiorina, exdirectora de HP; todos ellos estudiaron filosofía. Es decir, que nos inspiramos en hombres y mujeres que han destacado en el mundo empresarial, político, deportivo o en el de la publicidad, a los más altos niveles, y que nos muestran cómo la filosofía, lejos de cerrarte las puertas, te abre el horizonte de una forma verdaderamente sorprendente. En el mundo clásico, nuestro modelo no puede ser otro que Alejandro Magno, el discípulo de Aristóteles, porque tampoco estamos inventándonos nada”.
“Entonces, en el mediano y largo plazo queremos ver a los próximos dirigentes políticos, a las próximas líderes de opinión, a los próximos grandes empresarios, al próximo gran director de cine, o a la próxima gran escritora, como egresados de la Facultad de Filosofía de León”.
Abril 11, 2018. Periódico am. León, Gto.
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Entrevista de Judith Padilla.
El director de la Facultad de Filosofía de León, Ismael Carvallo Robledo, habla sobre el proyecto situado en el Campus Náutico del Instituto Oviedo.
[Foto de Juan Pacheco]
am: La primera impresión que se tiene es que la filosofía no tiene mayor utilidad, ¿cierto?
Ismael Carvallo Robledo: “Sí, todo depende de cómo se enfoquen las cosas. Es una situación histórica compleja. Lo que ha ocurrido es que la consolidación de los saberes científicos, sobre todo durante los siglos XIX y el XX, produjo un efecto de repliegue de la filosofía como perspectiva global de interpretación. Como las parcelas de la realidad quedaron controladas por las disciplinas científicas, las facultades de filosofía de las universidades occidentales entraron en una crisis que fue creciendo con el tiempo, porque si la realidad está ya interpretada por las ciencias, ¿qué se enseña entonces en esas facultades, y para qué se enseña? La respuesta es: historia de la filosofía”.
“Vista así, aisladamente, como acumulación erudita de conocimiento sobre su propia historia, la filosofía sólo sirve para explicarse a sí misma, y el único lugar donde se puede trabajar es en la docencia, como profesor. ¿De qué? De historia de la filosofía, o de algún autor o época o rama en especial. Y esto te lleva a la endogamia y a la burocratización en las universidades (tengo colegas en Finlandia, España o Alemania que pueden dar fe de lo que digo), donde todos se pelean por una plaza como profesor, luego de irte becado a estudiar al extranjero un doctorado. Ese modelo, que es el de los grandes catedráticos, está en crisis terminal”.
am: ¿Cuál es la propuesta?
ICR: “Se consolida entonces esa asociación, según la cual el filósofo es un humanista, un erudito que sabe mucho sobre Descartes o sobre filosofía clásica, o sobre bioética, algo así como un sabio o un sacerdote, alguien que trasmite su sabiduría pero que tropieza cuando camina por andar mirando al cielo, o que no sabe usar el internet o el celular. Esta es una caricatura muy desafortunada de las cosas, pero muy común, y la culpa se reparte entre todos. A mí mismo ya me ocurrió algo así, cuando en algún momento, en la UNAM, me invitaron a un centro de Física Aplicada o de Tecnología. Mientras nos explicaban sus actividades, el expositor comentó: “bueno, esto que hacemos aquí es algo por completo ajeno a lo que ustedes los filósofos hacen”. ¿Lo ves? Nos estaba viendo como los humanistas, incapaces de enterarse del funcionamiento de un láser o de un acelerador de partículas. Todo esto es lo que estoy viendo ahora mismo con mis alumnos, pues imparto, entre otras materias, la de Filosofía de la Ciencia. Es un problema central de nuestro tiempo”.
am: Si no son humanistas, ¿qué son los filósofos?
ICR: “El filósofo es un estratega según nuestro concepto. Es alguien que tiene la capacidad de comprender, o de mapear, desde una perspectiva global y de largo plazo, las conexiones y desconexiones entre la multiplicidad de planos y procesos que se nos ofrecen en el presente como materia de experiencia histórica, económica, política, social, religiosa, cultural, militar o ideológica, y científica.”
“Pero atención: la defensa de una perspectiva como esta no puede hacerse únicamente desde la historia de la filosofía. Hace falta un sistema, es decir, un conjunto de teorías (de política, antropología, cultura, economía, religión, ciencia e historia) coordinadas y capaces de explicar los procesos reales del mundo, a la altura de cada época y de cada contexto”.
“Y aquí es donde está la clave que define la consistencia de la Facultad de Filosofía de León: somos el resultado de la alianza entre el Instituto Oviedo y la Fundación Gustavo Bueno (cuya sede está en Oviedo, pero la de Asturias, España). Gustavo Bueno, que murió en 2016, fue el autor principal de un sistema filosófico: el materialismo filosófico, y esta es la base que da solidez histórica a nuestro proyecto, pues todo el plan docente está confeccionado desde ahí. Se trata de la Escuela de Filosofía de Oviedo, cuyo objetivo es que pueda ser vista como lo que en su momento fue la Escuela de Filosofía de Atenas, o la de Alejandría, pero en pleno siglo XXI”.
am: ¿Cuál es el perfil de egreso de sus estudiantes?
ICR: “Nosotros desde luego que tenemos todo el interés por las grandes fases históricas de la filosofía, y por las grandes tradiciones. Pero no nos quedamos ahí. Nuestros modelos no son ni Descartes ni Husserl, o Nietzsche: son Emanuel Macron, actual presidente de Francia; José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid; Franca Sozzani, que transformó la revista Vogue Italia o Carly Fiorina, exdirectora de HP; todos ellos estudiaron filosofía. Es decir, que nos inspiramos en hombres y mujeres que han destacado en el mundo empresarial, político, deportivo o en el de la publicidad, a los más altos niveles, y que nos muestran cómo la filosofía, lejos de cerrarte las puertas, te abre el horizonte de una forma verdaderamente sorprendente. En el mundo clásico, nuestro modelo no puede ser otro que Alejandro Magno, el discípulo de Aristóteles, porque tampoco estamos inventándonos nada”.
“Entonces, en el mediano y largo plazo queremos ver a los próximos dirigentes políticos, a las próximas líderes de opinión, a los próximos grandes empresarios, al próximo gran director de cine, o a la próxima gran escritora, como egresados de la Facultad de Filosofía de León”.
Abril 11, 2018. Periódico am. León, Gto.
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