Entonces sí que daban su vida al sol, su aliento al aire, entonces sí que eran encarnados en la tierra. Para qué recordar, para qué recordar lo que nunca se va ni se olvida, y que está más bien presente todo el tiempo.
Todo el tiempo y todo instante en mí es que estás eterna, y esa mañana larga nos regaló la posibilidad de poder acercarnos juntos a una de las formas de la divinidad. Porque algo ahí nos sucedió, ángel bello, algo ahí nos sucedió.
Y entonces sí que éramos encarnados en la tierra, y vaya forma de adorarnos, y de propiciar una fusión sublime de un destilado milagroso mediante la configuración del cual he podido yo confirmar que en ti o más bien a través de ti me ha sido dada por el mundo la oportunidad de saber lo que es un milagro, el milagro. Mi milagro. Además del cansancio.
Porque estaba también el cansancio. El cansancio. Entonces sí que daba yo mi vida al sol y a ti, y mi aliento y nuestro aliento al mar; al mar y a nuestros cuerpos. Y entonces sí que éramos una encarnación fundida sobre la tierra.
Para qué recordar. Para qué recordar lo que nunca se va ni se olvida. Para qué.
Rodríguez/ICR | Abril 6, 2022.
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Entonces sí que daban su vida al sol, su aliento al aire, entonces sí que eran encarnados en la tierra. Para qué recordar, para qué recordar lo que nunca se va ni se olvida, y que está más bien presente todo el tiempo.
Todo el tiempo y todo instante en mí es que estás eterna, y esa mañana larga nos regaló la posibilidad de poder acercarnos juntos a una de las formas de la divinidad. Porque algo ahí nos sucedió, ángel bello, algo ahí nos sucedió.
Y entonces sí que éramos encarnados en la tierra, y vaya forma de adorarnos, y de propiciar una fusión sublime de un destilado milagroso mediante la configuración del cual he podido yo confirmar que en ti o más bien a través de ti me ha sido dada por el mundo la oportunidad de saber lo que es un milagro, el milagro. Mi milagro. Además del cansancio.
Porque estaba también el cansancio. El cansancio. Entonces sí que daba yo mi vida al sol y a ti, y mi aliento y nuestro aliento al mar; al mar y a nuestros cuerpos. Y entonces sí que éramos una encarnación fundida sobre la tierra.
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Rodríguez/ICR | Abril 6, 2022.
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