James Joyce with Nora Barnacle

El título Ulises se refiere al libro de James Joyce y no al asendereado e ingenioso Ulises de los remotos tiempos homéricos, que con su astucia y su actividad supo sutraerse a la venganza de los dioses y de los hombres, para retornar, tras penoso viaje, al hogar patrio.

El Ulises de Joyce es, en rigurosa oposición con su antiguo homónimo, una conciencia inactiva, meramente perceptiva, o más bien un simple ojo, una oreja, una nariz, una boca, un nervio táctil, expuestos sin freno ni selección a la catarata turbulenta, caótica, disparatada de los hechos físicos y psíquicos que registran, casi fotográficamente. Ulises es un documento humano de nuestro tiempo, y más aún: es un secreto. Es muy cierto que puede desatar a los espiritualmente atados, y que su frialdad hiela hasta la médula el sentimentalismo, incluso el sentimiento normal… Mas el efecto perturbador del Ulises reside en que tras miles y miles de envolturas nada se esconde, en que no se dirige ni al espíritu ni al mundo, y en que, frío, como la Luna, deja rodar, contemplándola desde una cósmica lejanía, la comedia del devenir, del ser y del pasar.

C. G. Jung.

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