La querencia. Bitácora de un lector

Viena y Moreno de Alba en El Hallazgo

I.

La situación se repite casi semanalmente y cual si se tratara de un ritual. El sentido común suele llamar a estas cosas rutina o hábito, elementos vertebrales de una vida, la mía, mediante los que encuentro una cierta y modesta estabilidad a través de ese bello y apacible espacio de refugio o de querencia que son para mí las librerías de viejo o de paso, estaciones ‘donde los leedores convergen ansiosos de vagas lejanías, anhelantes por conocer la otra cara de la pregunta, o fugarse del giro de trivialidades que manan del mundo’, según dice con tanta razón mi querido amigo y anfitrión Juan Guillermo Lera (Kien, vol. 1, núm. 1, abril, 2024, p.2)

Al lado de El Hallazgo está el café Postales de Café. Estamos en Mazatlán 30 de la colonia Condesa y es martes 16 de abril al punto más o menos de las siete de la noche.

La rutina en cuestión consiste en pasar primero por un café para llevármelo a El Hallazgo. Lo coloco en algún lugar que no estorbe y comienzo a revisar anaqueles. Normalmente termino tomándome dos en lo que escojo algunos libros y me siento un rato a leerlos y revisarlos para terminar por decidir cuál o cuáles de todos compraré. La realización de todo esto suele durar un aproximado de dos horas más o menos, que por lo demás yo disfruto a pulmón pleno.

Fundamentalmente lo que hago es irme primero al área de Filosofía, luego a la de Ensayo y Novela mexicanos, pasándome después a la parte de Literatura Iberoamericana y universal para terminar en la sección de Ensayo universal. Ese es más o menos el recorrido de siempre. En medio de la primera estancia de la librería está una suerte de sección de novedades o ediciones destacables. Naturalmente esa es la parte que ves a la primera que entras.

II

En esta ocasión vi de manera rápida, y sin tomarlo todavía, un libro del que sólo registré rápidamente al autor, Josep Casals, y detecté de inmediato, por el diseño de la portada, que se trataba de un libro editado por Anagrama. El cintillo rojo con el que se promociona el libro me impidió ver el título. Así dejé las cosas de momento.

Después me dirigí a la parte de Filosofía y luego fui directo a la de Ensayo universal, en donde encontré en los anaqueles casi de hasta abajo, luego de desestimar comprarme una novela de Rosa Chacel al ver que la edición no estaba en las mejores condiciones para los efectos, tres libros de José G. Moreno de Alba: El español en América (FCE, 1988), Minucias del lenguaje (FCE, 1992) y Suma de minucias del lenguaje (FCE, 2003). Tomé los tres y me fui a sentar con ellos a una de las esquinas de la estancia principal. Luego del paso de algunos minutos decidí pararme también por el libro de Anagrama que había visto al principio, para constatar que se trataba de tremendo tomo de 679 páginas titulado Afinidades vienesas. Sujeto, lenguaje, arte, de Josep Casals, en efecto (Anagrama, Barcelona, 2003).

De Moreno de Alba no había comprada nada nunca todavía, y los tres libros me resultaron sumamente interesantes. La Suma y las Minucias son obras de tipo enciclopédico en las que el autor recoge, con inequívoca vocación erudita, infinidad de términos de nuestra lengua para darles una definición gramatical, lingüística e histórica en entradas breves, concisas y de notable profundidad. Son libros de consulta al modo enciclopédico en una línea como la de las Etimologías de Isidoro de Sevilla tal vez, pensé yo de pronto.

Dejé los dos libros para comprarlos después debo decirles no obstante, habiendo optado solamente por El español en América, que se antoja de gran erudición también. Es más breve y, como tal, me ha de servir para una primera toma de contacto con José G. Moreno de Alba, que fue un eminente lingüista, filólogo, investigador y académico mexicano que nació en 1940 y falleció hace diez años más o menos, en 2013. El libro consta de siete secciones: Los orígenes; La influencia indígena; La unidad de la lengua; Zonas dialectales y atlas lingüísticos; La fonética; La gramática; y por último El léxico.

III.

Después de Moreno de Alba y los deleites de la lengua española pasé a revisar el libro de Casals: una obra ambiciosa, intensa y apasionada intelectualmente con prólogo de José María Valverde, en cuya primera línea dice sugerentemente esto: ‘Aquellos vieneses no sabían que eran tan importantes –y el mundo no se dio cuenta tampoco hasta mucho después–’.

Afinidades vienesas es una reconstrucción histórico-sociológico-cultural de la Viena de fines del siglo XIX y principios del XX de la que tanto se ha hablado y escrito (Magris, Janik y Toulmin, Pérez Gay), y que Casals fue desarrollando durante muchos años, veinte más o menos, en función de un planteamiento medular: la Viena de esos años irrumpió en la escena contemporánea como el epicentro de una crisis que se haría extensiva a todo el siglo, y que ofreció al mundo y a la historia figuras, tendencias, estilos y escuelas que harían literalmente época con incidencia prácticamente en todos los ámbitos de la cultura (literatura, ciencias humanas, filosofía, arquitectura, poesía, artes plásticas, música).

A la manera de una sinfonía, el libro se acomoda en una Obertura, una Primera parte (Sujeto y lenguaje) seguida de una Segunda (Arte), y un “Finale” en el que desfilan, en conjunto, desde Herman Broch hasta Freud pasando por Wittgenstein, Kraus, Weininger, Mach, Schnitzler, Jung, Hofmannsthal, Musil, Mahler, Schönberg, Klimnt, Schiele, Loos y muchos otros como Canetti, en diálogo siempre con Nietzsche como, al parecer, según he podido colegir en la primera revisión de superficie del libro, interlocutor fundamental a partir de cuya figura y obra se definieron las coordenadas de disolución y transfiguración del mundo burgués occidental para abrirle paso a la era de los extremos que hubo de ser el siglo XX según la caracterización canónica de Eric Hobsbawm.    

Al final opté por llevarme entonces esos dos: Viena y Moreno de Alba. Llegó el último sorbo de café, pagué y emprendí la retirada para volver, luego de una fuga de dos horas más o menos, al torbellino de trivialidades que manan efectivamente, y todo el tiempo, del mundo.

[Sección y texto preparados para, e inspirados por, la revista Kien]