GAP Andrés Molina Enríquez

Segundo Encuentro de Estoicismo México

A fines del próximo mes de junio, tendrá lugar el Segundo Encuentro de Estoicismo México, que es la pista de trabajo que tenemos dentro del Espacio Cultural San Lázaro de la Cámara de Diputados diseñada para la promoción, difusión y estudio de la filosofía en general, y del estoicismo en particular. El tema sobre el que está organizado el programa es el del humanismo.

En efecto, como bien sabemos todos, el humanismo fue puesto en el centro de la discusión pública nacional por virtud de haber sido proclamado por el presidente López Obrador como la ideología fundamental de su proyecto histórico, cosa que, al margen de la postura política que se tenga en relación al mismo y al propio presidente, tiene un valor considerable al detonar una discusión muy valiosa y fértil sobre lo que es el humanismo en general, y sobre lo que podría ser el humanismo mexicano en particular, cuestión que nos remite de entrada –y en esto radica el valor de la propuesta en cuestión– a textos fundamentales de la tradición mexicana como la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, De Robinsón a Odiseo de Vasconcelos, La existencia como economía, como desinterés y como caridad de Antonio Caso o el Ensayo sobre las virtudes intelectuales de Antonio Gómez Robledo.

Esta es la razón por la que consideramos pertinente organizar nuestro segundo Encuentro alrededor del humanismo como problema filosófico, pues se inserta de manera natural en el ámbito de interés e incumbencia de nuestra plataforma al ser una materia para el abordaje de la cual es necesario trasladarnos a las coordenadas de discusión de los Estudios clásicos, la filología y, efectivamente, la filosofía moral.  

El título del Encuentro es en plural, “Humanismos”, pues tal es precisamente la tesis de partida que se lanza como llamado a la discusión: hay un humanismo clásico greco-helenístico y latino-romano, hay un humanismo cristiano, hay un humanismo novohispano, un humanismo renacentista y otro ilustrado, hay un humanismo positivista así como hay también humanismos anarquista, socialista o marxista (recordemos a estos efectos los Manuscritos económico-filosóficos de Marx, a los que luego dedicarían sendos trabajos Erich Fromm o Rodolfo Mondolfo) y hay humanismos existencialistas, ya sea en la línea de Heidegger, la del Sartre de El existencialismo es un humanismo, la de Kierkegaard o la de Jaspers, además de que hay también una crítica al humanismo como pudiera serlo la de Gustavo Bueno o la de Dalmacio Negro, para quien, junto con el calvinismo, el racionalismo, el artificialismo y el igualitarismo, el humanismo vino a ser uno de los elementos constitutivos de lo que él ha querido llamar la religión secular del siglo XX, consistente en la operación de sustitución de la religión tradicional por la idea de un hombre nuevo sensible, emotivo y altruista que nada tendría ya que ver con la idea renacentista del humanismo como modesta recuperación de las referencias de la antigüedad realizada desde la perspectiva de la filología. 

El objetivo de estos Encuentros es entonces el de la detonación del intercambio y el debate sobre todos o algunos de los humanismos existentes, así como la discusión alrededor de las implicaciones y alcances de la propuesta presidencial desde la perspectiva de la relación entre la moral, la filosofía y la política, cosa que se ajusta geométricamente a la divisa estoica según la cual la configuración de la vida racional en la ciudad es una responsabilidad pública y, sobre todo, una responsabilidad fundamentalmente política.

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