Los días terrenales

Trump 2.0, MAGA y México XIX. La Doctrina Monroe-Trump

Es posible que se haya considerado una exageración el día en el que, en el chat familiar, hice una crítica furibunda al hecho de que en las escuelas privadas de algunos de nuestros hijos se haya celebrado el Día de Acción de Gracias el 27 de noviembre pasado.

¿Qué diablos tienen que estar haciendo los mexicanos celebrando un festejo estrictamente estadounidense y canadiense, es decir, anglosajón y protestante, hecho para afirmar y dar continuidad a sus respectivas comunidades nacionales –les dije a familiares, amigos y compañeros de trabajo–? Bien merecido que tenemos el desprecio que Trump y muchos gringos nos tienen a los mexicanos –continué–, por pusilánimes y acomplejados que andan mendigando patria y patriotismo.

Tropas norteamericanas en Veracruz en abril de 1914.
Menos mal la ocupación no fue el 27 de noviembre, para así no interrumpir la realización en México de la celebración gringa del Día de Acción de Gracias correspondiente.

Si se trata de escuelas extranjeras en México (como los Colegios alemán, francés, japonés, español o estadounidense o británico), se entiende que se quiera promover la cultura y valores de sus países de procedencia. A eso han venido, ese es su objetivo y si los padres de familia lo asumen, y hasta lo desean, es cosa suya. Se entiende y se respeta por más discrepancias que podamos tener.

¿Pero para qué diablos tiene que estar haciéndole el juego ideológico-cultural a otros países un colegio privado de ciudad de México o Metepec o de León que no es ni alemán, ni británico ni francés sino mexicano? ¿Quién los mandó? ¿Quién se los pidió? Es indignante e intolerable.

Puede que no me hayan entendido, o que me hayan considerado un energúmeno exagerado, habiéndoseme dicho que se trata de una cuestión más bien cultural, y que la acción de dar gracias es algo encomiable y que se debe de promover así como ocurre con la Navidad o la Semana Santa.

Acabo de leerme el documento “Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América”, publicado con fecha de noviembre de 2025 y consultable en la página web de la Casa Blanca (www.whitehouse.gov), y me doy cuenta de que tengo razón, y que todas estas escuelas privadas de acomplejados empresarios “wannabe” de la educación están cumpliendo con uno de los objetivos de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que es la de contribuir como tontos útiles al fortalecimiento de dos de los medios con que cuentan para obtener lo que quieren –la dominación económica, ideológica y geopolítica del Hemisferio Occidental–: la primera es la del ‘incomparable “poder blando” y la influencia cultural’ de Estados Unidos (tal como se observa cuando en escuelas mexicanas se anda festejando sus logros y días históricos sin que nadie se los pida); la segunda es, claro está, ‘el coraje, la voluntad de poder y el patriotismo del pueblo norteamericano’, admirado por millones de mexicanos según se les va inculcando desde la primera infancia en escuelas privadas. Luego vienen los obligados viajes a Disneylandia y a Las Vegas, y la fiebre anual por el Super Tazón.  

Pura subordinación ideológica al poder blando norteamericano, es decir, al poder ejercido por su cultura de modo tal que el dominado (los mexicanos) acepte plácida y cándidamente la dominación que sobre él ejerce la potencia (Estados Unidos), que, al hacerlo, se convierte en hegemónica (hegemonía supone dominación más el consenso de los dominados), una vez logrado lo cual se aplica el resto de estrategias para dar cauce al objetivo que en el apartado 3 (Las regiones) de la sección IV (La Estrategia) del documento en cuestión dice claramente en nuestra cara lo siguiente:

‘El Corolario Trump a la Doctrina Monroe: luego de años de descuido, los EE.UU reafirmarán y reforzarán la Doctrina Monroe para reestablecer la preeminencia norteamericana en el hemisferio occidental, y para proteger nuestra patria y nuestro acceso a geografías clave a lo largo y ancho de la región. Combatiremos la capacidad de competidores no-hemisféricos para posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes o poseer o controlar activos vitales estratégicos en nuestro hemisferio. Este “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe es una restauración potente y desde el sentido común del poderío y las prioridades norteamericanas consecuente con sus intereses de seguridad’.

Publicación original de El Independiente