La pregunta tiene resonancias clásicas, particularmente aristotélicas, pues, como se sabe, el esquema de clasificación de las formas de gobierno que quedó asociado al nombre de Aristóteles –recordemos no obstante que no fue el único que hizo tal intento de clasificación– es aquél en función del cual se puede saber quién (uno, algunos, todos) y cómo (bien o mal) gobierna, a partir de lo cual se desprende la consabida combinación de formas de gobierno rectas: monarquía, aristocracia y democracia, y sus correspondientes degeneraciones: tiranía, oligarquía, demagogia.
Dalmacio Negro, en una línea de reflexión que lo conecta con la tradición del realismo político (Schmitt, Hobbes), hace la puntualización clave al decir que lo político, es decir, la esencia o núcleo de la política, gira alrededor de saber quién, cómo y para qué gobierna.
Pues bien, en esta escala de análisis es que se sitúa el libro de Miguel Basáñez ¿Quién manda en México? (MA Porrúa, 2023), que nos presenta como un ejercicio de puesta al día de una reflexión histórica, política y sociológica iniciada hace algunas décadas, y que principalmente quedó expuesta en sus libros La lucha por la hegemonía en México (1981) y El pulso de los sexenios. 20 años de crisis en México (1990).
Pero ocurre que al esquema clásico de análisis de las formas de gobierno como matriz vertebradora del Estado en las que de inmediato te pone a pensar, Basáñez utiliza además como pivote de análisis el concepto de hegemonía de Antonio Gramsci, instrumentalizándolo como dispositivo de comprensión de los mecanismos complejos de generación o desactivación de consensos culturales mediante los que una sociedad política se articula en función de las relaciones entre gobernantes (la clase política) y los gobernados (la sociedad en su conjunto, otros querrán decir sociedad civil) según la dialéctica que se da entre grupos o facciones dentro de la misma clase política y los grupos y facciones que, correspondientemente, se da en la sociedad civil, para terminar por trazar para nosotros un cuadro de gran claridad y penetración crítica que además y sobre todo no se queda en el nivel abstracto, sino que se proyecta sobre un bastidor estadístico y económico-político que nos permite encontrar las correlaciones entre la dialéctica que se activa alrededor de un bloque histórico a la luz de los resultados económicos y de desarrollo que tal dialéctica determina a lo largo del tiempo.
El libro aún no lo termino, debo confesarlo (me llegó hace apenas unos días porque hace unas cuantas semanas que salió a la luz), pero me está resultando de una riqueza extraordinaria. En palabras de Lorenzo Meyer, el ‘objetivo de la obra es examinar y explicar los componentes de los tres grandes sectores que dan forma al sistema político mexicano: público, privado y social. La esencia del enfoque es la identificación, caracterización y modus operandi de las instituciones formales e informales que conforman cada sector para, finalmente, centra la atención en sus respectivas élites, sus líderes, sus intereses, sus acuerdos, sus acciones y sus resultados, con una propuesta novedosa de cinco círculos de poder: diamante, platino, oro, plata y bronce. En definitiva, esta dinámica puede resumirse en el choque entre los defensores del status quo y quienes impulsan el cambio, además del juego de sus respectivas alas moderadas.’
Yo suelo decir que para entender las claves estructurales de lo que está ocurriendo con López Obrador y su gobierno es necesario comprender la historia política del siglo XX mexicano porque la dialéctica alrededor suyo es un resumen de ese siglo, y que los libros fundamentales para entenderlo son La ideología de la Revolución mexicana de Arnaldo Córdova y México, la disputa por la nación de Rolando Cordera y Carlos Tello. ¿Quién manda en México? de Miguel Basáñez es sin duda alguna el libro que hacía falta para completar el análisis.
La pregunta tiene resonancias clásicas, particularmente aristotélicas, pues, como se sabe, el esquema de clasificación de las formas de gobierno que quedó asociado al nombre de Aristóteles –recordemos no obstante que no fue el único que hizo tal intento de clasificación– es aquél en función del cual se puede saber quién (uno, algunos, todos) y cómo (bien o mal) gobierna, a partir de lo cual se desprende la consabida combinación de formas de gobierno rectas: monarquía, aristocracia y democracia, y sus correspondientes degeneraciones: tiranía, oligarquía, demagogia.
Dalmacio Negro, en una línea de reflexión que lo conecta con la tradición del realismo político (Schmitt, Hobbes), hace la puntualización clave al decir que lo político, es decir, la esencia o núcleo de la política, gira alrededor de saber quién, cómo y para qué gobierna.
Pues bien, en esta escala de análisis es que se sitúa el libro de Miguel Basáñez ¿Quién manda en México? (MA Porrúa, 2023), que nos presenta como un ejercicio de puesta al día de una reflexión histórica, política y sociológica iniciada hace algunas décadas, y que principalmente quedó expuesta en sus libros La lucha por la hegemonía en México (1981) y El pulso de los sexenios. 20 años de crisis en México (1990).
Pero ocurre que al esquema clásico de análisis de las formas de gobierno como matriz vertebradora del Estado en las que de inmediato te pone a pensar, Basáñez utiliza además como pivote de análisis el concepto de hegemonía de Antonio Gramsci, instrumentalizándolo como dispositivo de comprensión de los mecanismos complejos de generación o desactivación de consensos culturales mediante los que una sociedad política se articula en función de las relaciones entre gobernantes (la clase política) y los gobernados (la sociedad en su conjunto, otros querrán decir sociedad civil) según la dialéctica que se da entre grupos o facciones dentro de la misma clase política y los grupos y facciones que, correspondientemente, se da en la sociedad civil, para terminar por trazar para nosotros un cuadro de gran claridad y penetración crítica que además y sobre todo no se queda en el nivel abstracto, sino que se proyecta sobre un bastidor estadístico y económico-político que nos permite encontrar las correlaciones entre la dialéctica que se activa alrededor de un bloque histórico a la luz de los resultados económicos y de desarrollo que tal dialéctica determina a lo largo del tiempo.
El libro aún no lo termino, debo confesarlo (me llegó hace apenas unos días porque hace unas cuantas semanas que salió a la luz), pero me está resultando de una riqueza extraordinaria. En palabras de Lorenzo Meyer, el ‘objetivo de la obra es examinar y explicar los componentes de los tres grandes sectores que dan forma al sistema político mexicano: público, privado y social. La esencia del enfoque es la identificación, caracterización y modus operandi de las instituciones formales e informales que conforman cada sector para, finalmente, centra la atención en sus respectivas élites, sus líderes, sus intereses, sus acuerdos, sus acciones y sus resultados, con una propuesta novedosa de cinco círculos de poder: diamante, platino, oro, plata y bronce. En definitiva, esta dinámica puede resumirse en el choque entre los defensores del status quo y quienes impulsan el cambio, además del juego de sus respectivas alas moderadas.’
Yo suelo decir que para entender las claves estructurales de lo que está ocurriendo con López Obrador y su gobierno es necesario comprender la historia política del siglo XX mexicano porque la dialéctica alrededor suyo es un resumen de ese siglo, y que los libros fundamentales para entenderlo son La ideología de la Revolución mexicana de Arnaldo Córdova y México, la disputa por la nación de Rolando Cordera y Carlos Tello. ¿Quién manda en México? de Miguel Basáñez es sin duda alguna el libro que hacía falta para completar el análisis.
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