GAP Andrés Molina Enríquez

Sobre la política y la idea del Estado

He visto hace unos días, por no sé yo bien qué razón, un spot del PRD que me pareció verdaderamente equivocado y torpe, y que demuestra el nivel de analfabetismo político de muchos políticos y partidos, tratándose en este caso de esa repugnante deyección histórica que es el Partido de la Revolución Democrática que afortunadamente está al borde de la extinción.

En el spot están dos mujeres en el mercado intercambiando comentarios relativos a la situación – vamos a decir que– cotidiana de la gente, tal como puede estar manifestada en el ámbito tan común y prosaico del mercado de la esquina.

En el intercambio las dos están con cara de hartazgo, y mientras una dice algo así como que “las tortillas están cada vez más caras”, la otra le responde con ironía: “pero él nacionalizó el litio”, dando paso luego a una sucesión de comentarios en espejo con el mismo esquema: “el aguacate está cada vez más caro, pero él construyó un aeropuerto con el ejército”, y así con el limón y los jitomates y el perejil, recordando con sarcasmo para cada caso concreto alguna decisión o proyecto o idea lanzada por el presidente López Obrador, y que muy bien podría ser el proyecto de la refinería de Dos Bocas o la idea de rescatar la soberanía a través de la recuperación de PEMEX o de la CFE.

La “genial” idea de los mercadólogos que convencieron a los analfabetos políticos del PRD es la de evidenciar la supuesta inutilidad de decisiones y proyectos del presidente y de la 4T, cuyo carácter vamos a decir que faraónico quiere ser puesto en contraste y contradicción mediante el expediente de la ironía como dispositivo de comparación con la precariedad cada vez más acusada en la que la vida cotidiana de la gente (los precios de los productos básicos en el mercado) está supuestamente sumida, dando a entender que, en el fondo, para nada sirve que México tenga nacionalizado el litio, o que PEMEX o la CFE se fortalezcan como empresas estratégicas del estado mexicano para jugar a nivel geopolítico, porque el kilo de jitomate está cada vez más caro.

No se trata ni mucho menos, desde luego, de desestimar la importancia que tiene el índice de precios de la canasta básica desde la perspectiva de la economía de las familias (unidad fundamental de medición del nivel de consumo de una sociedad), y es obvio que todo gobierno está obligado a desplegar estrategias macroeconómicas (ya sea por vía fiscal, ya sea por vía monetaria) para gestionar la microeconomía (el índice de precios al consumidor, desde el correspondiente al kilo de tortillas al del litro de la gasolina o el gas licuado); no se trata de eso y el problema no es ese.

El problema es la incapacidad y estupidez de un partido político, en este caso del PRD, para distinguir la clave de la política en su sentido más profundo, y que tiene que ver con el hecho de que la política es el subsistema de relaciones sociales mediante las que se resuelven, en efecto, los problemas de una sociedad determinada pero desde el filtro o escala del Estado en tanto que macro-estructura de gestión económica y política, y que es aquélla desde la que los problemas cotidianos, en efecto, son vistos en su configuración tendencial, generacional, de largo plazo, agregada o masiva como resultado de ecuaciones de poder mediante los que se vertebra una espina dorsal de autoridad y decisión histórica, y es lo que explica el hecho de que la esencia de la política está en saber quién manda, cómo manda y para qué manda.

Puede que el spot haga sentido a algunos, pero no lo han comprendido todo, además de que es lo cierto también el hecho que muchos políticos, muchos partidos, y muchos mercadólogos, no tienen idea de lo que es el Estado y para qué sirve y por qué existe la política, y que una de las responsabilidades del político es hacerle comprender a la sociedad para qué y por qué es necesario que él mismo exista como tal.